Parece que no hablar de Mimblewimble y todo lo que le rodea Beam, Grin, etc… es no estar en lo más cool de la esfera blockchain. Por tanto, seguro que vas a comenzar a oír hablar mucho (si todavía no lo has hecho) de este protocolo y de las criptomonedas que ya lo aplican.
La criptomoneda Beam
Beam es la primera criptomoneda en utilizar el protocolo Mimblewimble del que ya hablamos anteriormente. La implementación de este protocolo le permite a este proyecto y a Green, otra de las criptos que se han lanzado a la aventura con Mimblewimble, conseguir un mayor nivel de privacidad y de escalabilidad de la red.
El hecho de lanzarse al mercado con cierta urgencia tiene efectos como los del día 9 de enero en donde se descubrió una vulnerabilidad en los wallets o la incidencia de ayer mismo, en donde se dejaron de producir bloques durante dos horas y media hasta solucionar el fallo. De todas maneras personalmente no conozco software en el mundo que no tenga que ir “parcheando” su código de manera constante en la fase de test o en producción.
Vamos a explicar qué es Beam sin entrar en detalles excesivamente técnicos, como solemos hacer.
BEAM es una moneda descentralizada con fuerte privacidad, fungibilidad y escalabilidad. Las transacciones BEAM son privadas de forma predeterminada y no es necesario almacenar todo el historial de transacciones para la validación de la cadena de bloques. En última instancia, esto reduce el tamaño de la cadena de bloques y mejora la escalabilidad. BEAM admitirá muchos tipos de transacciones, tales como transacciones de depósito en garantía, transacciones con límite de tiempo e intercambios atómicos, los llamados atomic swaps que son intercambios entre criptomonedas sin tener que pasar a través de una moneda puente como puede ser Bitcoin o Ethereum, por ejemplo.
Es una criptomoneda que se convierte en un duro rival para las monedas privadas conocidas hasta ahora como Monero, Dash, Verge, etc… y muchas voces hablan ya de que se va a convertir en la moneda líder junto a Grin en cuanto a privacidad se refiere.
Lo que sí que está claro es que detrás tiene un fuerte equipo inversor, con partners como Node Capital, entre otros. No es que quiera significar un éxito asegurado ni mucho menos (muchísimos de estos fondos de inversión se han estrellado con sus proyectos a lo largo de 2018) pero sí que supone un buen punto de arranque.
Para entender las dimensiones de un proyecto como este hay que saber que Beam tiene un equipo de 7 personas, con un team técnico encabezado por Alex Romanov, y advisors como Yonatan Ben Shimon, Guy Corem, Sebastian Stupurac, Stas Oskin y Oliver Gale. No estamos hablando de grandes estructuras, cosa que nos alegra. Parece ser que se acabó el tirar la casa por la ventana antes de tener un mínimo producto viable en marcha.
Como siempre, con este tipo de criptomonedas que luchan por aumentar la privacidad, nos encontraremos con la incógnita de su propia evolución, ya que se dirigen al polo opuesto hacia donde se quieren dirigir los reguladores que estarían encantados con un mundo de dinero electrónico totalmente rastreable y controlable.
Veremos hasta donde llegamos. ¡Suerte Beam!
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